COMIENZA EL DÍA CON UNA NUEVA DE VIDA AL DESPERTAR.




¿Qué fue lo primero que viste hoy al despertarte? seguro estarás pensando en innumerables objetos, cosas, el entorno de tu habitación o tal vez tu almohada, pero que lejos está tu percepción y que vaga es tu visión al darte cuenta de que más allá de los objetos que vean tus ojos... Hay algo más espléndido que es el reflejo y la esencia de lo que ves... Porque lo primero que ves al despertar es la vida saber que estás vivo y que hay un mundo completo y complejo esperando por ti.
Si tan sólo pudiéramos valorar el ser y el existir, cuanto más nos amaríamos a nosotros mismos dejando atrás las simplezas y sutilezas de los problemas que nos agobian. El verticalismo de la vida y nuestra vaga e ínfima percepción de la realidad no nos permite ver cuan valioso es ser. Por tanto menos aún somos capaces de reconocer las virtudes del otro. Si la capacidad de ver se encuentra limitada a lo básico y no a la esencia, te estás perdiendo lo más profundo de la vida, saber ver es saber reconocer en el infinito todas aquellas cosas que te mueven en tu espacio... En tu mundo...
Y te dará cuenta que no es lo material lo que te moviliza... Sino que son las emociones, los sentimientos, la fe, la razón, el amor. Son precisamente todas aquellas cosas que no ves, pero que están. ¿Con todo esto pensaste que es lo que ves? sólo es cuestión de darse unos minutos, tomar un café, escuchar música lenta y pensar en las personas que queremos y nos quieren. Te aseguro que verás cosas que en verdad te movilizarán.
Podrás descubrir a tu amigo verdadero, te darás cuenta de lo mucho que te aman, te darás cuenta de lo mucho que amas a los demás y sobre todo te darás cuenta de lo poco que valoraste vivir, porque ser es saber que eres y estas rodeado de un sin fin de cosas.


 Aprender a mirar hacia adentro para poder ver reflejado 


afuera la belleza del universo interior en el exterior, en 


cada cosa que nos rodea.


Aprender a mirar desde adentro para comprender que al

cerrar los ojos para ver, la visión es mucho mas 

profunda, clara y enriquecedora al ahondar en la 

búsqueda del sentido de la propia vida.

Aprender a ver aquello cotidiano como la sorpresa diaria.

 Entusiasmarse al mirar lo mas diminuto en una visión 

gigante que a pesar de haber sido admirada infinitas 

veces, infinita sorpresa y admiración despierta cual 

primera vez que fue visto.

Admirar y admirarse al contemplar el ave que vuela libre, 

el sol que regala un ocaso en el horizonte de un mar 

profundo, la playa que aprendes a ver mas hermosa 

cuanto mas la miras a pesar de verla todos los días.

Aprender a sonreír con la mirada a las pequeñas cosas 

de la vida que hacen de ésta un verdadero tesoro donde 

basta con echar un simple vistazo alrededor para 

encontrar miles de paraísos creados a partir del disfrute 

del aprender a mirar.


Regalarse la sorpresa del redescubrir lo descubierto y de

 descubrir lo nuevo. Aprender a mirar al desconocido 

como el reflejo del mar que compone junto a ti como 

gotas de un mismo mar. Aprender a mirar, a admirar, a 

contemplar, a observar y a observarse, a tolerar y a 

agradecer, a soñar y a ilusionar con la mirada del que 

sabe transmitir la belleza de aquello que admira con gran

 deleite.

Aprender a mirar para aprender a disfrutar, para así, 

aprender a vivir. Encontrar lo bello de cualquier cosa, 

saborear el momento admirado con la vista enfocada en 

ver el lado bueno de las cosas, de ver y pensar 

positivamente.


Saborear la brisa del mar, soñar y enamorarse con una 

puesta de sol, adorar un día lluvioso y gozar del soleado.

 Sentir la caricia de un cálido atardecer a la vez que 

despiertas en el aprender a mirar un día frío, lluvioso y 

desapacible como algo excepcionalmente mágico, como 

un regalo del cielo cual magia se cuelga desde él los 

días de sentimientos transmutados en lágrimas heladas 

de nieve pura.

Aprender a mirar el trasfondo de las cosas, saber 

abstraerse de lo común para ver mas allá de lo simple y 

así ver el universo de señales y mensajes que el infinito 

de estrellas que lo componen, brinda en lo mas profundo

 de las personas. Allí donde debemos aprender a mirar 

para elevarnos a la maravilla de lo que se ve fuera 

gracias a la visión desde adentro.

“Qué buena idea cerrar los ojos para ver claro”. “Quien 

no encuentra de Dios en sí mismo, no lo encuentra jamás 

fuera. Pero el hombre que ha visto a Dios en el templo de 

su propia alma, lo verá también en el templo del 

universo”.


Es de gran importancia también, aprender a mirarlo todo 

sin resentimiento, en actitud amistosa y abierta, con

 simpatía, buscando la comunión con las personas y la

 creación eterna. “Todo se ve y se saborea de manera 

diferente cuando se ama”.

Hay que aprender a estar Despierto, a ver y a sentir todo,

 aun por simple que sea, como si fuera lo más 

maravilloso del mundo; escuchar el mar, percibir los 

aromas, tener conciencia del caminar, de la vista, de la 

respiración…

Cada vez que alguien comienza a sentir que la vida o un 

momento de ella es hermoso, está comenzando a 

despertar. Una persona despierta, sabe que la vida es un 

paraíso maravilloso y lo disfruta a cada instante.

Aprende a mirar hacia tu interior y así podrás ver fuera 

todo lo maravillosos que te rodea, y tal vez logres, como

 yo, ver el cielo en tu interior.

Que la materia y lo físico no disminuya la belleza de los 

sueños, la ilusión, la esperanza y la fe de un Dios

 maravilloso de amor y bondad.


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